Para Fernando de Castilla
Me gustó anoche tu estado, tu figura de dormido... Ese sueño que tenías, yo lo sentía cada vez que bostezabas... Y me contagiaba ¿sabes?...Y me dio ganas de ir a dormir también.
Y otra vez se hizo presente en mi interior un cóctel de emociones... Que no las quiero descifrar, que prefiero, al menos por ahora, no buscar el por qué de ellas (de las emociones) prefiero dejarlas estar, y que me hagan cosquillas en el estómago...
Y me gusta mucho verte, con todo lo más íntimo. Pero también me gusta verte vestido... Y cuando ríes, me transmites energía positiva.
Y cuando me hablas de tu mochila al hombro, me hace verte escalando montañas, con la frente perfumada por gotitas de transpiración, indicio del cansancio...
Y cuando me regañas por mis expresiones, fruto de una cultura, que es mezcla india y extranjera... que no la comprendes, tal vez... o no la quieres comprender porque eres de cuna diferente...
Y esos momentos de regaño me hacen verte frente a un grupo de personas que quieren imponer un cúmulo de ideas en búsqueda de una mayor economía y menor inversión...en esa autopista que… ¿están construyendo? ...¿o todavía es solo un proyecto?...Me quedó esa duda...
Y en este momento te imagino, con short o con bermudas, o sin nada puesto, delante de tu portátil, bosquejando planos o ideas, para ese libro que estás escribiendo, y que después ... ¿me lo enviarás?...
Y así... aquí estoy... como otros tantos días, humedecida con el solo hecho de escribirte y de saber que estás ahí, detrás de una pantalla... Pero también se, que estás más allá de un gran océano.
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