Primavera
Ven, amado mío;
caminemos entre las cumbres,
que la nieve es agua, y la vida…
ha despertado de su letargo
y vaga por montes y valles.
Sigamos las huellas de la Primavera
hasta los campos lejanos
y trepemos las cuestas
para elevar la inspiración por encima
de las húmedas y fértiles praderas.
La primavera ha desplegado al alba
sus adormecidos ropajes invernales
y los ha colocado en los melocotoneros y los cítricos,
y parecen novias
en un rito ceremonial de la noche blanca
Los retoños de las vidas
se enlazan como amantes,
y los arroyos irrumpen con su danza
entre las rocas, entonando la canción de la alegría.
Y las flores surgen súbitamente
del corazón de la naturaleza,
como la espuma surge del corazón pródigo del mar.
Ven, amado mío; bebamos en copas de lilas las
últimas lágrimas del invierno; aquietemos el espíritu
con una cascada de trinos y vaguemos
extasiados por la brisa embriagadora.
Sentémonos junto a esa roca,
donde se ocultan las violetas.
Contemplemos el tierno encuentro de sus besos.
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