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Tortuga y colibrí

  Muchas veces, sin proponértelo, llegas a una página no poco interesante y descubres cosas que quizás son conocidas por algunos y no por otros.

Cada persona tiene su animal de poder, o espíritu guardián, como decía Don Juan Matus (Carlos Castañeda): "Siempre llevarás contigo un espíritu, tu otro yo", el que ha adoptado distintos nombres en las distintas culturas, siendo el de Animal de Poder el que considero más adecuado, ya que incluye las capacidades del animal específico.
  Queda para seguir investigando si realmente son así como los vemos o sólo son energías representativas, que nuestra mente aún primitiva necesita representar simbólicamente.

 

Una frase de San Francisco de Asís:

"No herir a nuestros humildes hermanos (los animales) es nuestro primer deber hacia ellos, pero detenerse aquí no es suficiente. Nosotros tenemos una misión más elevada -serles de servicio a ellos siempre que lo requieran. Si un hombre excluye a cualquiera de las criaturas de Dios del resguardo de la compasión, ese hombre actuará igualmente con sus compañeros humanos."

 

 El Colibrí:


Se dice que Colibrí nos trae mensajes especiales. Nos trae amor como ninguna otra medicina puede hacerlo, y su presencia trae alegría al observador.

Busca la dulzura de la vida.

Su larga lengua le permite pasar por alto la capa exterior, a menudo dura y amarga, y encontrar los tesoros escondidos debajo.

El que tiene medicina de Colibrí:

No pierde tiempo mirando atrás y deseando "lo que fue", pues le interesa aprovechar "lo que es". Nunca podría volverse adicto a algún estimulante artificial, pues encuentra alegría en su propio corazón.  Le da mucho placer esparcir alegría, amor y belleza a todos los que lo rodean, y tiene el don de llevar esa alegría interna hacia espacios nuevos y diferentes. Tiene el talento de encontrar lo bueno en la gente, y no se detiene ante un exterior áspero o abrupto, pues sabe que, si pudiera llegar más allá de esa dura capa externa, encontraría bondad y belleza dentro.

La tortuga

 

Cuando siente peligro o se siente incómoda e insegura, se mete en su caparazón y se protege.

La medicina de Tortuga incluye una conexión con el centro, la destreza de navegar, la paciencia, los límites propios, asociación con lo femenino,  el respeto hacia los límites de los demás, el desarrollo de nuevas ideas, la protección psíquica de uno mismo, la confianza en sí mismo, la tenacidad, la defensa sin violencia.

 

Tanto Colibrí como Tortuga, se sienten libres, esa es la coincidencia. Pero ambos pueden tener una atracción inmensa y espléndida, siempre que el Colibrí pueda traspasar la dura caparazón de la tortuga.

 

Dijo la Tortuga llamada Geisha: Un Colibrí, llamado Emperador, me buscó y logró sacarme de la nube gris en la que yo vivía adormecida por el frío de mi corazón. Gracias a él pude volver a poner los pies en la tierra sin tantos miedos, sobre todo el miedo al amor. Y pude volver a sentir el perfume de las flores.

Por eso es que amo tanto a Colibrí.

 


Amor por tí

Amor por tí

Te amo a pesar de todo, 
de la distancia, del tiempo,
de mi tristeza por tí,
o de tu risa sarcástica.
Te amo con serenidad pura,
a la espera de una mágica
respuesta con cordura,
llena de frases de amor
reflejos de tu locura.
Sana locura de pasión
y el deseo de penetración,
de tu aliento,
de ardientes besos,
hasta el fondo de mi corazón.

Cita con tu ausencia

Luis del Val.-  Programa "Hoy por hoy"  Mini sección:  "Escrito en el aire" en la que suele leer delicias como ésta. La fotografía: de "El Refugio de la Playa"

"A veces, escribo una carta porque puedo pensar las cosas que no me atrevo a decirte cuando estás delante. Y me tiro de cabeza al pozo de mis emociones, y nado entre las aguas cálidas de los recuerdos, y se me ocurren ejemplos que, con tu mirada sobre la mía, puede que nunca acudieran a mi pensamiento.

A veces, me gusta estar contigo. Pero a solas. Junto a ti, pero con tu ausencia. Porque es otra manera de percibir el flanco que no está, el gesto que recuerdo y no veo, el sonido de una voz familiar de la que conozco casi todos los matices. Y me pongo a escribirte para volcar las cosas que no te digo y confesar estados de ánimo que me cuesta definir, temblores de las profundidades tan espontáneos que necesito un poco de calma y reflexión para explicarlos.

A veces, como si fuera un escolar que estuviera en el parvulario del amor, me gusta ponerme frente a una página vestida de novia, y dibujar sobre el blanco papel la geografía de unos sentimientos que no se hubieran suscitado si no te hubiera conocido, y que son tan distintos como el pan caliente salido del horno y las brasas de la leña que lo hornean.

A veces, me gusta enviarte una carta con el falso motivo de narrar agitaciones y turbaciones mías. Pero en realidad, como excusa para tratar de explicarme a mí mismo lo que no tiene explicación, porque las exaltaciones no son aritmética y la ternura no es geometría.

A veces, te mando una carta y me quiero imaginar que mi amor se ha doblado en cuatro, y cabe en tu bolso, y lo puedes desplegar como si yo fuera un libro y leer parte de mi alma en esas líneas que a lo mejor sólo dicen, de manera complicada, algo tan sencillo como "te quiero".

Comentario de Paula: A veces me interno en El Refugio de la Playa justamente para éso, refugiarme plácidamente y alejarme del ajetreo habitual. En esta página encuentro algo de paz, esa que necesita mi cuerpo y mi alma para luego continuar.

Recuerdo mis primeras visitas en el navegador. Buscaba algo, un no se qué, algo que mi hiciera olvidar de la terrible e irreparable pérdida de uno de mis seres más queridos. Navegué días, largas horas. Hasta que encontré El Refugio de la Playa. La web  española, yo argentina. La visita era casi diaria. Me permitió sobrellevar muchos pesares, y me ayudó a salir de mi angustiosa soledad. No encuentro palabras para describirlo, y si lo haría, seguramente muchas quedarían en el tintero o en lo más profundo de mi subconciente. Porque lo tengo todo guardado con mucho afecto, como si fuera en un cofre de amor.

Y cuando encontré y leí el artículo de Luis Val, me llegó al corazón. Por eso me tomé el atrevimiento de copiarlo para compartir con ustedes.

Hasta pronto.

Paula

 

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Son tus besos

Son tus besos

Te extraño, Amor. Hoy muy temprano, cuando me desperté, vestida en la remera blanca, envuelto mi cuello en una toalla rosa, pensé y escribi ésto:
 
"El eco de tus palabras brota de las paredes que te vieron pasear descalzo por sobre la alfombra de mi silenciosa habitación.
Dulces palabras, sabor que calma la acritud de mis días solitarios."
 
Dicen que "La paciencia es como un árbol de raiz amarga, pero de frutos muy dulces". Y esos frutos, ya sabes cuales son. Y sí: son tus besos.
 
TQM

Rocio en flor

Rocio en flor


No habrá violines ni guitarras
cuyo ritmo iguale a tu voz,
la suavidad de tu encanto,
intenso como los rayos del sol.
Te me vas metiendo muy dentro
con cristales de tu amor.
Gotas de rocío fresco
de una lluvia derramada
sobre mis pétalos de rosa
en mi piel está encarnada.
Tu nube me cubre entera
para protegerme en la noche
de las estrellas curiosas
que en simulado intento
nos espían muy airosas.
Si el dolor a tí te acecha
no dudes en buscarme
yo ayudaré a relajarte
y a calmar de toda brecha.
Porque el amor que te tengo
vale más que mil amores
haré desaparecer tus penurias
aunque tenga que viajar a Asturias.

El derecho a la vida

Hoy quiero hablarte a solas.
Quiero más que decirte cosas, mostrarme por dentro.
Sé que tu silencio no necesita de lindas palabras,

y que a nuestra edad no valen algunos argumentos,
que sobran ciertas frases y hace falta el ejemplo.
Por eso me conformo, con que me sientas sincera.
Claro que yo debiera estar más cerca tuyo,

y tú más cerca de mí también,
de vez en cuando al menos

y sobre todo ahora, en este tiempo.
Se que mi sangre  buscaba  un derrotero
y se me iban los ojos al país de los sueños,
y que mis manos escribían recuerdos.
Ahora que en mi alma pusiste algo nuevo,
algo que me enternece, y que descubriste a tiempo
.

Y que sabrás tesoro, que aunque no lo demuestro,
me preocupan tus pasos y te sigo de lejos

y aunque mas no sea, con mis pensamientos

te adoro y te bendigo con mis rezos.
Si supieras las noches que te pienso y te pienso,
Te mentiría si te digo que no temo,
si al no hallar las palabras muchas veces me muerdo
y me trago las ganas de contarte mis miedos.
Porque los que amamos somos así.

Y no quiero decirte que son celos

Porque no lo son del todo, solo son desvelos.
Un día me dijiste,  no soy de palo soy de carne y hueso

Lo se, y se que somos luz y sombra al mismo tiempo

cuando estamos alegres o cuando nos visita la tristeza.
Llevamos en nosotros algo así como un fuego.
¡Una chispa inigualada, madre de tanto incendio!

Por ti llevo dentro un manantial sagrado.
Y es que Dios mismo ha puesto

en el cántaro tibio,  el agua de la vida,
un grandioso misterio.

Y también me dijiste hace un tiempo,

no te quedes mirando los defectos,
no busques al pasado en los rostros ajenos.
Tienes que preocuparte de ser tú misma ahora
 salí de vos, te invito a que hagas un esfuerzo.
Larga esos colibríes que hay en tus ojos nuevos.
Y recorre horizontes,  y si lo prefieres,

lánzate hasta otros cielos.
Conoce otros paisajes, si es tuyo el universo,
llénale de preguntas al mar, al sol y al viento,
habla con los caminos, te dirán lo que vieron.
No te apures, que hay tiempo y es cierto,
es mi experiencia que le gané a la vida,

mira alrededor nuestro,
nada se hace de golpe, la dicha es un secreto,
hacer todas las cosas a su debido tiempo,
ya vas a ver Pimpollo que hermoso es todo eso,
tendrás ganas de darte y se que podrás hacerlo,

porque de a poco irás sabiendo  que el amor da derechos

el derecho a la vida,  y a salir de tus adentros.
Pero el amor, recuérdalo, no es ciego,
tiene luz en los ojos y te sirve de espejo,
te toma de la manos y lo sentís adentro,
entrecierras los ojos y estás tocando el cielo
.

Perdóname, me inspiro y me voy lejos,
ya vez quise mostrarte como estás aquí adentro.
y ahora que ya di y dije lo que siento,
quisiera regalarte dos cosas:
un ¡Gracias! por sacarme de mi encierro

Y miles, miles de ¡Te quiero!

Para Fernando de Castilla

Me gustó anoche tu estado, tu figura de dormido... Ese sueño que tenías,  yo lo sentía cada vez que bostezabas... Y me contagiaba ¿sabes?...Y me dio ganas de ir a dormir también.

 Y otra vez se hizo presente en mi interior un cóctel de emociones... Que no las quiero descifrar, que prefiero, al menos por ahora, no buscar el por qué de ellas (de las emociones) prefiero dejarlas estar, y que me hagan cosquillas en el estómago...

 

Y me gusta mucho verte, con todo lo más íntimo. Pero también me gusta verte vestido... Y cuando ríes, me transmites energía positiva.

 

Y cuando me hablas de tu mochila al hombro, me hace verte escalando montañas, con la frente perfumada por gotitas de transpiración, indicio del cansancio...

 

Y cuando me regañas por mis expresiones, fruto de una cultura, que es mezcla india y extranjera... que no la comprendes, tal vez... o no la quieres comprender porque eres de cuna diferente...

 

Y esos momentos de regaño me hacen verte frente a un grupo de personas que quieren imponer un cúmulo de ideas en búsqueda de una mayor economía y menor inversión...en esa autopista que…  ¿están construyendo? ...¿o todavía es solo un proyecto?...Me quedó esa duda...

 

 

Y en este momento te imagino, con short o con bermudas, o sin nada puesto, delante de tu portátil, bosquejando planos o ideas, para ese libro que estás escribiendo, y que después ... ¿me lo enviarás?...

 

Y así... aquí estoy... como otros tantos días, humedecida con el solo hecho de escribirte y de saber que estás ahí, detrás de una pantalla... Pero también se, que estás más allá de un gran océano.

 

 

Primavera

Ven, amado mío;

caminemos entre las cumbres,

que la nieve es agua, y la vida…

 ha despertado de su letargo

y vaga por montes y valles.

                 Sigamos las huellas de la Primavera

                 hasta los campos lejanos

                 y trepemos las cuestas

                 para elevar la inspiración por encima

de las húmedas y fértiles praderas.

 

La primavera ha desplegado al alba

sus adormecidos ropajes invernales

y los ha colocado en los melocotoneros y los cítricos,

y parecen novias

en un rito ceremonial de la noche blanca

 

Los retoños de las vidas

se enlazan como amantes,

y los arroyos irrumpen con su danza

entre las rocas, entonando la canción de la alegría.

Y las flores surgen súbitamente

del corazón de la naturaleza,

como la espuma surge del corazón pródigo del mar.

Ven, amado mío; bebamos en copas de lilas las

últimas lágrimas del invierno; aquietemos el espíritu

con una cascada de trinos y vaguemos

extasiados por la brisa embriagadora.

 

Sentémonos junto a esa roca,

donde se ocultan las violetas.

Contemplemos el tierno encuentro de sus besos.

Mi ángel guardián

En tardes grises, llenas de nubarrones de tristeza, me atreví a distraer mi vista y entré a recorrer el camino de internet. Un poco por curiosidad, otro por las ganas que tenía de disipar esas nubes que me sumían en la nostalgia y la incertidumbre del amor. Ingresé a un sitio llamado Yahoo y comencé a explorar sus diferentes propuestas de chat. Día tras día hacía el mismo trabajo y me entretenía leyendo párrafos enteros de gente extraña que dialogaba entre sí. Yo no participaba, me mantenía en actitud pasiva.

Mis pocos amigos estaban muy ocupados con sus respectivas actividades diarias. Nadie respondía a mis mail. Y Roberto no entraba al messenger. Tampoco mis amigas Cris, ni Dan, ni mis sobrinos Car y Rocío. De tanto en tanto hablaba con mi sobrino Vor, pero era como si ya no teníamos temas para intercambiar, más que  sólo un ¡Hola! ¿Cómo estás? y el estado del tiempo y otras cosas de rutina. El aburrimiento, me embargó hasta los huesos en ese día de vacaciones.

Antonio tampoco escribía. Me daba la impresión de que lo estaba cansando con mis insistentes mensajes. Así que decidí hacerlos más espaciados.

El aburrimiento, me embargó hasta los huesos en ese día de vacaciones de cálido verano. Después de almorzar, hora en que siempre solía encontrar a Roberto en el msn de Yahoo, me adentré al chat público. Escogí el sitio de Religión y me quedé leyendo nuevamente. Veía que usuarios entraban, algunos intervenían en las charlas, y otros, sólo entraban y salían, como espiando a los visitantes.

Cuando ví que un Roberto ingresó, se me iluminó la vista, pensando que podría ser el mismo al que yo extrañaba en nuestros diarios encuentros . Lo saludé en privado, nos hicimos amigos, llegamos a conocernos personalmente, pero no había sido el mismo Rony (así lo llamaba yo).

El calor no permitía ni siquiera aprovechar una siesta cómoda y reconfortante. Yo seguía de cerca el control del ciber, un comercio que había comenzado utilizando el dinero de un seguro que había cobrado. Mientras lo hacía, permanecía sentada a veces por más de una hora frente a una de las máquinas.

El chat de Yahoo me llamaba, me brindaba un refugio del que yo sacaba provecho en sentido de olvidar las penas en las que estaba sumida. Pero como yo pienso que Nada es casual, como lo dijo Margarida  en su libro, me atreví a saludar en privado a una persona que había ingresado al chat y que llevaba el mismo nombre de mi médico de familia.

¡Hola!, le dije, ¿de dónde eres? ¿cuántos años tienes? etc. etc. etc. Lo cierto es que no era mi médico de cabecera, tampoco era ni es médico. La amistad se inició con esa simple palabra ¡Hola!, palabra que me animé a pronunciar a pesar del temor que sentía en ese momento de que realmente fuera ese médico que me conocía desde hacía mucho tiempo. ¿Qué me diría?, tal vez...de qué estaba haciendo yo en el chat de Yahoo. Y vendrían las interrogaciones...

Pero la persona a la que había sacado fuera del chat es esa persona maravillosa a la que conocí, hace ya más de un año y medio y la que me ha cambiado la vida.

Gracias a Dios, al chat de Yahoo, y a mi deseo de continuar viviendo, hoy somos grandes amigos, y decidimos de común acuerdo, que él es y será mi hombre,  y yo su mujer.

Una dulzura extraña

Una dulzura del todo extraña fatigaba mi corazón, lo advertí cuando mi mano se  apoyó en mi pecho cansado, y sentí que los latidos eran cada vez más acelerados.

 Y bajando de cansancio, mi cabeza sobre la almohada, cubierta por una funda amarillo pálido que todavía tiene huellas de aquella suavidad primera, de una cabeza que de muy lejos me  recordase la de un ser especial, inigualable.

El cansancio parecía  meterse por el corazón.  Era grande el dolor y tan excesiva la suavidad. No es dolor corporal sino espiritual, aunque no deja de participar el cuerpo algo fatigado,  por circunstancias inexplicables, de una dependencia que el mismo corazón se  ensaña en presentar y mantener.

Me dormí apaciblemente, aunque a cada hora me despertaba por ese golpeteo que en mi corazón anunciaba la ansiedad y la impotencia ante situaciones que escapan a mi capacidad de solución alguna.

Soy consciente de que la vida continúa y el camino por recorrer, no se sabe si es corto o  excesivamente largo.

Trataré de mantener esa dulzura extraña sin fatigarme, que me sirva de contención y no de angustia, que la almohada me de calor y al sumergirme en mi abrigo, me deleite en un  sueño perfectamente tierno y reconfortante.

Pues mañana será otro día. La vida continúa y todavía me queda mucho por hacer, por ti, y por mí.

Estoy enojada conmigo misma

Estoy bien...ya se me pasará el enojo. 

Estaba sentada frente al ordenador esperando hablar con alguien, sobre todo contigo. Pero como más de una vez...entraste y te escondiste detrás de una ventana cerrada... Y yo, seguía sentada, como una estúpida, a la espera de un ¡Hola!, a la espera de una respuesta a mis mensajitos que había escrito con amor. Tal vez mi conversación te aburre. O tal vez hayas estado charlando con otra persona. Lo que importa es que me  ignoraste a pesar de que me viste. Lo notable es que no siento celos. Solo tengo una pesada imagen de mi misma, porque me aferré demasiado a tí y te estoy queriendo demasiado. Y eso así como me hace felíz también a veces me pone muy mal.

Eres una tonta, María Eulalia

Lejanía

Sé que estás muy pero muy lejos. Y sin poder soportar tu ausencia, he iniciado un largo viaje a... no se donde. Solo me guia el deseo de encontrarte. He soportado calores infernales, vientos huracanados, lluvias diluviales. Y hoy estoy aquí, en medio de la nieve, tan fria, pero no es ella la que hace castañetear mis dientes, sino el frio de tu ausencia. A punto de desfallecer solo pido que tú, imagen en mi mente, sea realidad en mis ojos y se digne venirme a consolar.

Del espacio www.elrefugiodelaplaya.com.es


http://www.elrefugiodelaplaya.com/frases/condicionadas.asp 

El primer encuentro

Como estatua viviente. Muy ansiosa. Impecable.

Estalló en un beso tu mirada penetrante

 Se mezcló entre la gente, en hora pico y sol radiante

de un movido Caballito a esa hora de las tardes.

Tu mano rozó la mía, como apresurando el vamos,

que pronunciaron mis labios, en intento de alejarnos

 del murmullo de la gente, que el café había inundado.

Me ayudaste con mi abrigo, a ponérmelo despacio

emprendimos un comienzo, las escaleras abajo

caminando lentamente, hacia el coche que abordamos

hasta el nidito de amor, nos sumergió con encanto.

Tus abrazos y tus besos, en mi vida inició un cambio,

con incógnitas y sorpresas, con sonrisas y entusiasmo.

¿Sería la única vez? me preguntaba pensando

¿Tal vez el comienzo de algo?...

Dudaba ante ese encuentro de calor inigualable

Tu sonrisa con la mía se entremezclaron al aire.

Una pasión ardiente recorrió mi piel a mares,

confundiéndome en la tuya con temor a enamorarme

de esa bella estatua viviente que muy puntual y sutil

fue a encontrarme.

 

Una maniana como la de hoy

Si. Fue una maniana como la de hoy, de un amanecer sin nubes, con un sol muy palido, como no deseando salir, avergonzado por haber hecho algo indebido.
Me levante como siempre, tome una ducha y me sente junto a la ventana grande para verte pasar.
Sono el telefono, y con tu voz agitada se mezclaba el rumor del agua de un grifo que hacia de fondo, como para que no te descubrieran: Ahi estare en un rato, esperame.
A poco se escucho un golpecito de nudo de mayor en la puerta de madera gruesa y antigua. Estabas con los cabellos mojados, sensual y de atraccion inigualable.
Los minutos pasaron volando entre caricias, besos y amor, un amor lleno de pasion y sexo. Tenias que irte. Pero me habias regalado parte de ti. Nunca podre olvidarte.

Recuerdo

Sonriente  Las gaviotas se convierten

en sombra sobre la arena

cuando ya nadie las busca,

cuando nadie las recuerda.

La gracia de los pastores

se cautiva ante la hoguera 

y en las plumas fulgurantes

de un gran colibrí se aleja.

Mi palabra sube al cielo

ondeando cual bandera

y tus ojos no la miran,

y en el sol ella se quema.

¿Qué sucede con las almas

cuando nadie piensa en ellas?

 

Caramelos de miel (por MaríaER)

El relato de una amiga muy sentimental:

Mi amigo me ha regalado un paquete de caramelos de miel, me dijo Paula mientras viajabamos en su auto camino a la capital.
Lo tengo guardado en la cartera que ocupo todos los días para ir a mi trabajo.
Cada vez que la abro, miro ese minúsculo paquete rectangular de color claro con algunos dibujitos de colores.
No me detengo a mirar que dibujos son, simplemente recuerdo que su mano lo ha tocado.
Nos acercamos al kiosco, continuó diciendo. Pidió los caramelos del gusto que le sugerí. El kiosquero se lo alcanzó, mientras él le pagaba el importe. Rosando apenas mi mano me dio los caramelos. Después de nuestro encuentro de amor, saqué el paquete y puse en mi boca uno solo. Le invité pero no lo aceptó. Son para tí, me dijo.
Ahora que no estoy a su lado, me decía mi amiga enamorada, lo miro cada vez que abro la cartera para sacar algo.
Y aunque no lo puedas creer, no quiero que se me terminen. Separo uno solo, lo pelo, lo pongo en mi boca y lo saboreo lentamente, a la vez que recuerdo sus dulces besos y su piel rosando la mía.
Un minúsculo paquete de caramelos de miel, tiene sabor a recuerdo.
Y con él se hace presente su figura, sus gestos, sus palabras.
Y no quiero que se acaben, por eso no los como todos los días.
Los conservo para que me duren más. Y los caramelos me hacen compañia.
Te hubiera regalado mas cantidad, para que te alcance al menos para un mes, me dijo mi amigo, continuó diciendo Paula.
Pero no...a mi me sirve uno, éste. Porque si sería mucho tal vez no lo cuidaría tanto, tal vez me los comería a todos de una sola vez. Pero son pocos, eran diez, y me van quedando seis.
En fin...ya lo ves, que es lo que puede significar un simple y sencillo regalo de un paquete de caramelos de miel.
Llegamos a destino, nos separamos, cada una por su lado a realizar trámites en diferentes lugares.
Mientras yo hacía la cola en un banco pensaba en el relato de Paula y todo lo que puede significar un amable gesto como es el de recibir de regalo un paquete de caramelos.

Un día de domingo

  El paisaje monótono me aburre. Prefiero cerrar los ojos y pensar en tí. Te veo, te siento, te recuerdo. Es maravilloso recordar cada momento, cada gesto. Tu mirada, tu sonrisa, son luces del alba. Tu voz, tus palabras, escritas o pronunciadas, son alentadoras. Tu cuerpo tan particular me dice que eres único. "Somos", "Nosotros". Esa, tu forma de hablar, el expresarte en plural me enardece. Nos amamos.

El sol que engalana


No por dejar de escribir se pierden cosas.
No he perdido ni siquiera un pelo de los recuerdos.
Eso mismo es lo que he de contarte hoy, que me han invadido los recuerdos de aquel mes de agosto, precisamente el día 4, día del cumpleaños de mi hermano, el menor de los tres varones que había
en mi familia. Eramos cinco en total. Ahora quedamos dos mujeres y dos varones.
Ya se había hecho costumbre, o tal vez no era eso, era una irresistible necesidad de encontrarte. Y aunque no te viera, sabiéndote al otro lado del muro, o de esa alfombra de aguas transparentes, sentado detrás de un escritorio, mirando ventanas…
Que una de ellas era la mía, y que la brisa de tus palabras me traerían con tu aliento un hilo de felicidad.
Así me sentía feliz.
Pero la necesidad de tenerte todos los días, era parte de una ilusión que yo hacía realidad al imaginar tus palabras junto a mi oído en un susurro tibio rosando mi piel.
Y me sentí triste cuando me dijiste “hasta la vuelta” y que volverías recién en septiembre.
Creí que te perdía, que no era verdad que volverías.
Creí que todo se terminaba.
Pero ¿qué era todo?, si no me habías dado nada y no habías prometido nada.
Pero, no lo creí así, porque sí, me habías dado algo, y era muy importante. Me habías dado la posibilidad de encontrarme a mí misma. Me habías dado refugio en tu casa virtual. Me habías dado, tal vez sin saberlo, sin quererlo, sin siquiera pensarlo, me habías dado mucho, y para mí era bastante.
Y hoy, al leer en las páginas de un libro el nombre de ciudades
que están cerca de donde vives, o no tan cerca, pero sí más de tí
que de mí, me inundó una gran emoción.
Mis ojos se humedecieron. Y mis labios esbozaron una nostálgica sonrisa.
Es una historia ficticia. Hechos y acontecimientos que se desarrollan, según la autora del libro, en las calles de Barcelona, en el Puerto de Mallorca. También en Palma.
Y te vi a través de esas palabras, e imaginé que Pere eras tú, y que Lonia podría ser yo. El, un pintor. Yo, una detective. Y … ¿por qué no?, él, un técnico informático y yo, una profesora de lengua. O tal vez, él un comerciante, y yo, una secretaria de dirección de escuela.
Y voy por la mitad del libro. Todos los días me interno en él y me devoro no menos de cuatro o cinco páginas.
En una de ellas relata sobre la belleza de un campo sembrado y cubierto por margaritas de color amarillo.
Y la historia continúa…
Cuando termine de leerlo me daré cuenta si se adecúa a algo así como a mis deseos, o tal vez, le cambiaría el final.
Y quizás, el Toni que nombra el autor como aquel amigo de Pere, no sería otro que el mismo Pere, y Lonia no sería de Barcelona sino de cualquier otra parte de las infinitas ciudades del mundo… De Argentina, por ejemplo.
En fin… interpretar al modo que uno quiere, agregando o quitando algunos conceptos, tomando lo positivo, dando color a las ideas y a los paisajes.
O bien, como mejor a uno le parezca.
Quizás tomando algunos cuadros estremecedores como lo del encuentro de Lonia con esos dos hombres que la querían violar.
Pero lo cierto es que te he recordado al leerlo, justo cuando voy por la mitad del libro, o mas o menos en la mitad. Hojas menos, hojas más, qué más da…
Leerlo todo, completo, no está mal.

Tu presencia

   Siempre me sorprende cuando lo veo,

y la sorpresa se convierte en alegría,

entre palabras y de la nada se aparece...

y del modo sublime que la luz pinta colores

en lo tenue de un amanecer en calma,

como el de hoy...

cuando mi existencia busca un sentido

para seguir viviendo,

entre frases y versos que nacen del alma.

Pasa el día...

Y la agonía de la tarde imprime

en el celeste cielo, diminutos agujeros,

entre nubes blancas aparece

y una pizca de él

da presencia a mis vacíos de ausencia

y enciende luceros que guían mi alma.

Habrá miles que se le asemejan...

pero cuando lo veo ahí,

plasmado en un escrito, entre palabras

que no me dicen nada y me dicen todo,

toda la gente me resulta indiferente.

   Pero si él un día, por razones ajenas

a mis deseos fervorosos, no apareciera,

los amaneceres perderían sus colores.

Si ya no pudiera amanecer pensando en él,

las tardes dejarían que las noches

se conviertan tenebrosas, sin estrellas.